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Rima VII

Del salón en el ángulo oscuro, 
de su dueña tal vez olvidada, 
silenciosa y cubierta de polvo 
veíase el arpa. 

¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas 
como el pájaro duerme en las ramas, 
esperando la mano de nieve 
que sabe arrancarlas! 

¡Ay! -pensé-; ¡cuántas veces el genio 
así duerme en el fondo del alma, 
y una voz, como Lázaro, espera 
que le diga: «¡Levántate y anda!».

- Gustavo Adolfo Bécquer

© 2016 por Obra para un Escritor.

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