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Semillas para un himno

Infrecuentes (pero también inmerecidas) 
Instantáneas (pero es verdad que el tiempo no se mide 
Hay instantes que estallan y son astros 
Otros son un río detenido y unos árboles fijos 
Otros son ese mismo río arrasando los mismos árboles) 
Infrecuentes 
Instantáneas noticias favorables 
Dos o tres nubes de cristal de roca 
Horas altas como la marea 
Estrépito de plumas blancas en el cielo nocturno 
Islas en llamas en mitad del Pacífico 
Mundos de imágenes suspendidos de un hilo de araña 
Y entre todos la muchacha que avanza partiendo en dos las altas aguas 
Como el sol la muchacha que se abre paso como la llama que avanza 
Como el viento partiendo en dos la cortina de nubes 
Bello velero femenino 
Bello relámpago partiendo en dos al tiempo 
Tus hombros tienen la marca de los dientes del amor 
La noche polar arde 
Infrecuentes 
Instantáneas noticias del mundo 
(Cuando el mundo entreabre sus puertas y el ángel cabecea a la entrada del jardín) 
Nunca merecidas 
(Todo se nos da por añadidura 
En una tierra condenada a repetirse sin tregua 
Todos somos indignos 
Hasta los muertos enrojecen 
Hasta los ciegos deletrean la escritura del látigo 
Racimos de mendigos cuelgan de las ciudades 
Casas de ira torres de frente obtusa) 
Infrecuentes 
Instantáneas 
No llegan siempre en forma de palabras 
Brota una espiga de unos labios 
Una forma veloz abre las alas 
Imprevistas 
Instantáneas 
Como en la infancia cuando decíamos «ahí viene un barco cargado de...» 
Y brotaba instantánea imprevista la palabra convocada 
Pez 
Álamo 
Colibrí 
Y así ahora de mi frente zarpa un barco cargado de iniciales 
Ávidas de encarnar en imágenes 
Instantáneas 
Imprevistas cifras del mundo 
La luz se abre en las diáfanas terrazas del mediodía 
Se interna en el bosque como una sonámbula 
Penetra en el cuerpo dormido del agua 

Por un instante están los nombres habitados.
 

- Octavio Paz

© 2016 por Obra para un Escritor.

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