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Los amigos

En el tabaco, en el café, en el vino, 
al borde de la noche se levantan 
como esas voces que a lo lejos cantan 
sin que se sepa qué, por el camino.

Livianamente hermanos del destino, 
dióscuros, sombras pálidas, me espantan 
las moscas de los hábitos, me aguantan 
que siga a flote en tanto remolino.

Los muertos hablan más pero al oído, 
y los vivos son mano tibia y techo, 
suma de lo ganado y lo perdido.

Así un día en la barca de la sombra, 
de tanta ausencia abrigará mi pecho 
esta antigua ternura que los nombra.

- Julio Cortázar

© 2016 por Obra para un Escritor.

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