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La camarada

Claro que sos mi camarada 
porque sos más, sos siempre más. 
Hay la ruta en común, el horizonte 
dibujado con lápiz de esperanza, 
hay la amargura del fracaso 
a la hora en que los hornos no se encienden 
y hay que palear de nuevo el carbón del 
mañana.

Claro que sos mi camarada 
porque sos la que dice no, te equivocaste, 
o dice sí, está bien, vayamos. 
Y porque en vos se siente que esa palabra es una 
lenta, feliz, necesaria palabra: 
hay cama en camarada, 
y en camarada hay rada, 
tu perfume en mis brazos, 
tu barca anclada al lado de la mía.

- Julio Cortázar

© 2016 por Obra para un Escritor.

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